Cómo cambia el cuerpo de la mujer a los 40 y 60. Ginecólogos en Gijón.
A esta edad solemos empezar a preocuparnos por ahorrar algo, por iniciar un plan de pensiones o alguna otra manera de procurarnos una solvencia económica después de jubilarnos. Y con mucho más motivo deberíamos plantearnos “invertir en salud” si no lo estamos haciendo ya. El factor fundamental para conseguir un envejecimiento activo y placentero es que se acompañe de buena salud. Y eso depende en gran medida de lo que hagamos durante estos años. Muchas mujeres todavía se sorprenden de cómo cambia el cuerpo de la mujer con el paso de los años. Y es que cada mujer y su cuerpo son totalmente diferentes.
No nos vamos a referir aquí a las distintas formas en que cada mujer afronta el inicio del deterioro de la fuerza muscular, de las facultades sensoriales o incluso a la sensación de disminución de atractivo físico. Nos vamos a referir a la salud. A intentar aprovechar la ventana de oportunidad que se nos abre antes de que el deterioro vascular sea irreversible.
Cambios en el cuerpo de la mujer a los 40 y 60 años
En estas dos décadas se combinan varios factores para producir una “tormenta perfecta”, interactuando entre sí y aumentando el riesgo de importantes repercusiones sobre la salud. Un ejemplo es la hipertensión, diabetes, distintos tipos de cáncer, trombosis, ictus, fracturas óseas, demencia,…
Estos factores son: la edad, la acumulación de grasa visceral (el aumento del abdomen), los cambios hormonales y pérdida de producción de estrógenos y el inicio y progresión del llamado Síndrome Metabólico. Para este último, se deben tener al menos tres de los siguientes: tensión arterial elevada, aumento de triglicéridos, de la glucosa en ayunas, disminución del llamado “colesterol bueno” y aumento de la circunferencia abdominal.
Una vez producido el daño en los vasos (la llamada arterioesclerosis) ya no vamos a poder hacer nada por revertirlo. Por eso es tan importante no perder de vista que existe una ventana de oportunidad. Unos años en los que se pueden prevenir estas lesiones y precisamente por ello queremos insistir en la importancia de tomar medidas cuando aún estamos a tiempo.
Una ventana de oportunidad
El deterioro directamente relacionado con la edad obviamente no lo podemos prevenir. Por eso tenemos que centrarnos en los objetivos que sí podemos conseguir. Siempre teniendo en cuenta que la ventana de oportunidad acabaría unos 10 años después de la última regla.
Seguramente el factor más determinante para acelerar la cascada del deterioro sea el aumento excesivo de peso. Por ello el primer punto para lograr nuestros objetivos sería seguir un estilo de vida saludable que permita mantener un peso adecuado (o al menos reducir el exceso), basado en mejorar nuestra dieta. Además, debemos aumentar el ejercicio y evitar la vida sedentaria, la moderación en el consumo de alcohol y dejar de fumar.
Ejercicio y dieta equilibrada
Cualquier dieta que hagamos se debe acompañar de ejercicio. La recomendación de ejercicio es de unos 30 minutos al día. Si no fuera posible debemos recordar que cualquier tipo de actividad física va a ser útil para reducir la diabetes, la enfermedad cardiovascular y las fracturas.
Hay que intentar que los marcadores del síndrome metabólico estén en cifras normales (la TA, el colesterol, los triglicéridos y el azúcar en ayunas). Cuando las alteraciones de estas cifras no son grandes muchas veces se normalizan con reducciones, incluso pequeñas, del peso. Si con los cambios en el estilo de vida no conseguimos un buen control, será necesario iniciar algún tratamiento específico.
Estrógenos y menopausia
Un tema controvertido es si tratar o no con estrógenos a la mujer menopáusica. Estos previenen el deterioro cardiovascular pero una vez producido resultan perjudiciales. Asimismo, cuando tenemos que asociar los estrógenos con progesterona (como ocurre en todas las mujeres que tienen útero) parece que hay un ligero aumento de la incidencia de cáncer de mama.
Simplificando, y aunque todos los casos deben evaluarse individualmente, nuestra recomendación sería tratar con estrógenos a todas las mujeres con síntomas menopáusicos. Siempre que tuvieran bajo riesgo de cáncer de mama y de enfermedad cardiovascular. Y además a las que, aún sin síntomas como sofocos o sudoración tuvieran una osteoporosis incipiente.
Si hacemos tratamiento con estrógenos parece más recomendable hacerlo por vía transdérmica (parches, crema, spray) y si hay que añadir progesterona la opción ideal sería un implante intrauterino.
Ginecólogos en Gijón
Como ginecólogos en Gijón, nuestra idea es que se pueda aprovechar la revisión ginecológica periódica para promover el tránsito hacia una vejez activa y saludable. Si necesitas más información sobre cómo cambia el cuerpo de la mujer ponte en contacto con nuestra clínica y solicita tu cita con nuestro equipo en los teléfonos 985 17 15 06 / 626 48 22 69.