¿Qué es el herpes genital?
El herpes genital es una infección de transmisión sexual (ITS) causada por el virus herpes. Se trata de una infección bastante común aunque muchas de las personas infectadas no tienen síntomas y, por tanto, no saben que la tienen.
Síntomas más frecuentes del herpes genital
Cuando causa síntomas los más frecuentes son la aparición de pequeñas vesículas en la zona genital, que se transforman después en úlceras. Generalmente son dolorosas aunque hay quienes apenas perciben que las tienen o que notan solamente un cierto resquemor u hormigueo. Los síntomas suelen ser más graves en el momento de la infección inicial (especialmente en mujeres): dolor en la zona de aparición de las úlceras, inflamación dolorosa de los ganglios, fiebre y malestar general,…
¿Es incurable?
El problema del herpes es que no se cura: una vez producida la infección el virus queda inactivo en los nervios de la zona y, en ocasiones, viajará a través de ellos hacia la piel, dando lugar a un brote de vesículas herpéticas (recurrencia). La mayoría de las personas infectadas va a tener más de un episodio a lo largo de su vida: del mismo modo que los herpes orales van a causar lesiones en los labios con mayor o menor frecuencia, en los portadores de herpes genital van a aparecer recurrencias aunque la frecuencia y el número de las mismas varía mucho en función de la persona.
El problema de las recurrencias
Por lo general estas recurrencias son más leves en cuanto a síntomas que el episodio inicial y además van haciéndose menos intensas y menos frecuentes con el tiempo. Hay gente que nunca llega a tener síntomas pese a estar infectada: ni en el momento de la infección inicial ni en posibles reactivaciones futuras del virus.
Es importante tener en cuenta que la primera vez que aparecen síntomas puede no ser el momento de la infección inicial: es posible que se produzca la infección en un momento determinado, causando poca o ninguna sintomatología de forma que pase desapercibida, y que tiempo después (incluso años más tarde) tengamos una recurrencia con síntomas intensos. Esto implica que, en ocasiones, puede ser muy difícil determinar el momento de la infección inicial.
¿Cómo se contagia el herpes genital?
Dado que los virus están presentes en el organismo es posible contagiar a nuestra pareja también en los momentos en los que no hay lesiones visibles. El uso de preservativo disminuye mucho el riesgo de transmisión, aunque no lo elimina por completo. El tratamiento antiviral supresor también disminuye el riesgo de contagio.
El riesgo de infectar a una pareja sexual cuando hay lesiones activas es muy alto, incluso utilizando preservativo. Por este motivo la recomendación es evitar cualquier tipo de relación sexual durante los brotes.
Los tratamientos para el herpes genital
El tipo de tratamiento recomendado depende de los síntomas: si son leves puede no ser necesario hacer nada. En caso contrario los tratamientos antivirales (aciclovir, famciclovir o valaciclovir) tomados vía oral ayudan a disminuir la intensidad de los síntomas y el tiempo de duración de los mismos. Suele ser recomendable añadir otras medidas como analgésicos (ibuprofeno, paracetamol,…) y baños de asiento, que pueden aliviar mucho las molestias mientras dura el brote. Las pomadas de aciclovir no tienen ninguna utilidad ni para acelerar la curación ni para calmar los síntomas.
Ante la aparición de lesiones o dolor genital es importante consultar a un especialista a la mayor brevedad posible para que nos valore en el momento agudo, ya que el diagnóstico una vez curadas las ampollas o úlceras puede ser muy difícil. Por eso desde Muñoz Ginecólogos en Gijón aconsejamos acudir a la clínica de tantos profesionales cualificados como existen en esta ciudad en cuanto se presenten alguno de estos síntomas.